1. Menos dolor: Los tratamientos con láser suelen ser menos invasivos, lo que puede resultar en menos dolor durante y después del procedimiento. Esto significa que muchos pacientes pueden necesitar menos anestesia.
2. Menor sangrado: El láser cauteriza los tejidos mientras trabaja, lo que reduce el sangrado durante los procedimientos y acelera la recuperación.
3. Recuperación más rápida: Debido a su naturaleza menos invasiva, los pacientes a menudo experimentan una recuperación más rápida y menos molestias postoperatorias.
4. Precisión: Los láseres permiten a los dentistas ser más precisos en sus tratamientos, lo que puede resultar en menos daño a los tejidos circundantes y mejores resultados.
5. Versatilidad: Se pueden utilizar para una variedad de tratamientos, como blanqueamiento dental, tratamiento de caries, cirugía de encías y eliminación de lesiones orales.
6. Menos riesgo de infección: Al eliminar el tejido enfermo y cauterizar al mismo tiempo, el uso de láser puede reducir el riesgo de infecciones.
7. Mejor experiencia del paciente: Muchos pacientes encuentran que los tratamientos con láser son más cómodos y menos intimidantes que los métodos tradicionales.